EL
SURREALISMO1
Supone
la revolución más profunda surgida en la literatura y el arte del siglo XX.
Nace en Francia hacia 1920, de la mano de André Bretón, quien publica el primer
Manifiesto del Surrealismo en 1924.
Es un movimiento que aúna el irracionalismo (movimiento de rebeldía que busca
transgredir la lógica, cultivar el absurdo, jugar con el lenguaje por el puro
placer de crear) a las ideas de Freud y de Marx.
Freud había descubierto el subconsciente, fondo psíquico donde se
acumulan deseos frustrados por la conciencia moral o social, lo que constituye
una energía reprimida que se libera
en los sueños y en ciertos actos inconscientes.
Marx había insistido en el origen
social de la represión, fruto de la
dominación del hombre por el hombre, de las desigualdades económicas y de las
presiones de la moral dominante.
Sobre estas bases, el Surrealismo pretende ser un movimiento de liberación total del hombre;
liberación de los impulsos reprimidos (según Freud) y de las trabas impuestas
por la sociedad burguesa (según Marx). Para los surrealistas, lo que llamamos vida no es sino la cara más gris de la
realidad: hay que descubrir una “super-realidad” (sur-réalité, de ahí el
nombre), que se halla como amordazada en el fondo del hombre, y liberarla.
Por eso se defiende la libertad de imaginación contra “el reinado de la lógica”. Se deberá
escribir “al dictado de un pensamiento libre de toda vigilancia ejercida por la
razón”. Para ello, se utilizarán diversas técnicas:
la “escritura automática”, el collage,
la transcripción de los sueños… pero basta la asociación libre de palabras.
De ahí la liberación
del lenguaje con respecto a la lógica. En un texto surrealista se
entremezclan objetos, conceptos o sentimientos que la razón mantendría
separados; aparecen metáforas insólitas, imágenes oníricas, uniones inesperadas
de palabras.
Ese lenguaje no se dirige a nuestra razón, sino que –por
debajo de ella- quiere despertar en nosotros sentimientos o reacciones también
inconscientes. Así, ante un poema surrealista debemos adoptar una actitud
nueva; hemos de procurar sentir más
que comprender (aunque luego se
pueda, hasta cierto punto, “explicar” lo que el texto nos ha suscitado).
1. La
traducción exacta sería Superrealismo;
sin embargo, el término Surrealismo
se ha consagrado. Pero no hay que olvidar que el prefijo francés “sur-“
significa “sobre” o “super” (no tiene nada que ver con el prefijo español “sub-“).
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