jueves, 20 de enero de 2022

LEÓN FELIPE

 

Vencidos

 

Por la manchega llanura

se vuelve a ver la figura

de Don Quijote pasar...

 

Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,

y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar...

Va cargado de armadura...

que allá encontró sepultura

su amoroso batallar...

Va cargado de amargura...

que allá  "quedó su ventura"

en la playa de Barcino, frente al mar...

 

Por la manchega llanura

se vuelve a ver la figura

de Don Quijote pasar...

va cargado de amargura...

Va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.

 

Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura

en horas de desaliento así te miro pasar...

Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura

Y llévame a tu lugar;

hazme un sitio en tu montura

que yo también voy cargado

de amargura

y no puedo batallar.

Ponme a la grupa contigo,

caballero del honor,

ponme a la grupa contigo

y llévame a ser contigo

pastor...

 

Por la manchega llanura

se vuelve a ver la figura

de Don Quijote pasar...

 

             

 

No es lo que me trae cansado

este camino de ahora...

No cansa

una vuelta sola,

cansa el estar todo un día,

hora tras hora,

y día tras día un año

y año tras año una vida dando vueltas a la noria.

 

                                                                 

 

Yo también tengo hambre

y sed de justicia,

Nazareno...

Llévame en tu partida.

No tengo que dejar para seguirte

ni bienes ni familia,

porque estoy pobre y solo

y sin un gran amor que me redima...

Nazareno...

llévame en tu partida,

que tengo hambre

y sed de justicia...

                                                

 

No conozco este camino... Y ya no alumbra mi estrella

y se ha apagado mi amor...

Así... vacío y a oscuras...

¿A dónde voy?

Sin una luz en el cielo

y roto mi corazón...

¡Cómo saber si es el tuyo

este camino, Señor!

                                                

 

Versos y oraciones del caminante I

 

Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol...
y un camino virgen
Dios.

                                                        

 

 

PEDRO SALINAS

 




Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

 

Quítate ya los trajes,

las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».

 

 

 

Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eras.

 

 

 

 

  

No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar. Me estoy sintiendo
vivir cuando me dueles
no en ti, ni aquí, más lejos:
en la tierra, en el año
de donde vienes tú,
en el amor con ella
y todo lo que fue.
En esa realidad
hundida que se niega
a sí misma y se empeña
en que nunca ha existido,
que sólo fue un pretexto
mío para vivir.
Si tú no me quedaras,
dolor, irrefutable,
yo me lo creería;
pero me quedas tú.
Tu verdad me asegura
que nada fue mentira.
Y mientras yo te sienta,
tú me serás, dolor,
la prueba de otra vida
en que no me dolías.
La gran prueba, a lo lejos,
de que existió, que existe,
de que me quiso, sí,
de que aún la estoy queriendo.