domingo, 10 de marzo de 2019

LUIS CERNUDA


LUIS CERNUDA

Vida y personalidad

            Nació en Sevilla (1902) y en su Universidad fue alumno de Pedro Salinas. Vivió luego en Madrid, salvo un curso en que fue lector de la Universidad de Toulouse (1929-1930), y al estallar la guerra salió de España, a la que ya no volvería. Fue profesor en Inglaterra, Estados Unidos y Méjico, donde murió en 1963.
            Tuvo una personalidad solitaria y dolorida, una sensibilidad exacerbada y vulnerable. La marginación que sufrió por su homosexualidad explica, en parte, su desacuerdo con el mundo. Admite ser un “inadaptado”, con “cierta vena protestante y rebelde”. En política, adoptó posiciones de izquierda.

Estilo y mundo poético
           
            A su espíritu solitario corresponde un puesto singular dentro de su generación. Él mismo decía que su inconformismo le ayudó “a escapar a las modas”. Ello no es del todo aplicable a su primera etapa, en que se suceden los influjos de la poesía pura, del clasicismo y del surrealismo. Lo que sí es cierto es que, hacia 1930, se irá despegando de aquellas “modas” y seguirá un camino muy personal.

            Su nuevo estilo surge de un triple rechazo: rechaza los ritmos demasiados marcados, la rima y la riqueza o brillantez de imágenes. Y se inclina hacia el “lenguaje hablado y el tono coloquial”, que él supo unir a una gran densidad: tal unión es lo que le distingue ante todo.

            En cuanto a la temática, su poesía tiene como centro un doloroso divorcio entre su anhelo de realización personal y el mundo que le rodeó. Es un choque similar al de los poetas románticos, pero que se agudiza por su peculiar personalidad. Y los temas dominantes de Cernuda serán la soledad, la añoranza de un mundo habitable, el ansia de belleza y, sobre todo, el amor; es sin duda, uno de nuestros grandes poetas amorosos.

Obra

            Cernuda amparó sus diversos libros bajo un título común: La realidad y el deseo. Esas dos palabras condensan el conflicto central de su vida y su poesía. Veamos algunos de los títulos incluidos en esa magna obra.

            Tras una etapa inicial de poesía pura o clasicista, la influencia surrealista se manifiesta en dos libros: Un río, un amor (1929) y Los placeres prohibidos (1931), en donde domina el verso libre y donde “el malestar y la osadía” que le atraían del Surrealismo se mezclan con sus problemas íntimos.

            Su depuración estilística apunta ya en algunos de los poemas del segundo libro citado y cuaja en Donde habite el olvido (1932-33), libro espléndido, aunque desolado y de una sinceridad desgarrada. Sigue Invocaciones (1934-35), con poemas largos y memorables como el “Soliloquio del farero”.

            Ya en el exilio publica varios libros importantes que van de Las nubes a Desolación de la quimera. En ellos, junto a sus temas básicos, aparece a veces el tema de la España lejana.

            En prosa poética escribió un libro bellísimo, Ocnos (1942), nostálgica evocación de la Andalucía de su infancia.

Significación

            Conviene insistir en la singularidad de Cernuda, difícil de encasillar. Tal vez por ello, su reconocimiento pleno fue tardío. Pero su poesía fue objeto de una altísima valoración a finales del siglo XX y su influencia se percibe en no pocos poetas de las promociones más recientes.





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