jueves, 24 de enero de 2019

SUBORDINADAS SUSTANTIVAS


4º ESO

1.      Mis amigos me dijeron que me habían llamado a casa.
2.      La seguridad de que vendría a las nueve me tranquilizó.
3.      El alumno termina cansado de que le pregunten todos los días.
4.      El padre le preguntó: ¿quién ha venido a estas horas?
5.      Me agrada que cuentes conmigo y no me importa tener que madrugar.
6.      El padre se preguntaba si su hija le había dicho la verdad pero no se atrevió a preguntárselo.
7.      Me apetece que vengas a mi fiesta y espero que traigas muchos amigos.
8.      El amigo de mi hermano me preguntó si me gustaría ir a una fiesta este fin de semana.
9.      Tus padres se quejan de que no trabajas bastante, pero tú llegas cansado todas las noches.
10.  Todos me preguntaron qué me había dicho el profesor tras la clase
11.  ¿Quieres que te compre un bollo o prefieres hacerlo en casa?
12.  Fue muy interesante que contaras tus experiencias a los alumnos.
13.  Preguntó dónde habían estado y por qué habían regresado tan tarde
14.  No supe qué contestar, sin embargo mi hermano sí lo hizo y le sugirió que se metiera en sus asuntos.
15.  Quise salir el sábado por la tarde, pero mi madre me dijo que qué me había creído, y que hasta la siguiente evaluación no podía salir.
16.  Sabíamos dónde estaba y cuándo pensaba volver, pero no dijimos nada a nadie
17.  La iniciativa de podar los árboles la tuvo el profesor de Educación Física, pero nadie la respaldó.
18.  Me gustaría que cogieras el autobús en mi parada
19.  La certeza de que el autor del libro vendría al instituto nos tranquilizó
20.  Yo le dije: “sal de aquí ahora mismo”.
21.  Corre el rumor de que ese escritor vendrá hoy al instituto.
22.  Me alegro de que me hayáis visitado
23.  Me alegra que me hayáis visitado
24.  No sabía que había venido tu primo
25.  No sabía si había venido tu primo
26.  Me importa que todos sepan la noticia
27.  Me ha dicho que me ha suspendido por las faltas de ortografía
28.  El deseo de que triunfes me alienta
29.  Temo que abran la puerta en las vacaciones
30.  Me molesta que no me hagas caso
31.  No quiero que me digas que no lo sabías
32.  Mis padres tienen muchos deseos de conocerte
33.  Se avergonzó de que hubieras dicho tantas cosas de él ante sus amigos
34.  Corre el rumor de que ese escritor vendrá hoy al colegio
35.  Mi hermana consiguió hacer tarta de manzana y todos disfrutamos del postre
36.  Todos pensamos que él estaba equivocado, pero nunca dio su aprobación al proyecto
37.  Estábamos seguros de que volvería a casa, sin embargo no lo hizo
38.  Mi alumna estaba contenta de que sus padres le hubieran comprado la bicicleta
39.  Luis afirma que su cuadro se venderá, pero yo no estoy segura de que sea verdad
40.  ¿Quieres aprobar el examen o prefieres suspenderlo?
41.  Aseguró que estaría en casa y que podíamos ir a cualquier hora
42.  Llegó el momento de decir la verdad y me contestó: “Hacer bien a villanos es echar agua en el mar”
43.  Me hubiera gustado que la fiesta hubiera transcurrido de otra forma, pero tuve que conformarme con lo que pasó
44.  Todos los amigos le sugerimos que no se comportase tan tontamente, sin embargo él no nos hizo caso y prefirió continuar de esa forma
45.  La pena de no poder ir al concierto invadió la atmósfera y ya no volvimos a pasarlo bien
46.  Siempre confié en que haría lo mejor
47.  Sería muy conveniente que todos supiéramos qué vamos a ser en la vida, sin embargo poca gente reflexiona sobre qué hará de mayor
48.  Me preocupa no saber cuándo van a venir y si van a venir con muchos amigos
49.  Me hubiera hecho mucha ilusión que hubieras venido a mi fiesta y que hubieras traído contigo a tus amigos
50.  Es necesario tomar bien los apuntes y estudiarlos enseguida
51.  La idea de que iban a llamar a nuestros padres nos asustó, pero al final nos aseguraron que no lo harían y así consiguieron nuestra colaboración
52.  Es necesario que analices bien todas las oraciones y que no cometas muchos errores
53.  La necesidad de que hubiera agua suficiente para los visitantes hizo que decidiesen abrir nuevos pozos
54.  Estaba convencido de que todo había sido un mal entendido y no hubo manera de hacerle comprender que el único error había sido el suyo.


domingo, 20 de enero de 2019

Texto para 2º Bach


En catalán “Nadal” significa “Navidad”, y cuando uno se refiere a los “Premios Nadal”, el común de los mortales piensa que se refieren a unos premios que se entregan el 25 de diciembre. Fue en el estío de 1944 cuando Ignasi Agustí y Josep Vergés, unos jóvenes escritores fundadores del semanario falangista Destino, decidieron impulsar un premio literario y dotarlo con 5.000 pesetas para “despertar docenas de novelistas dormidos en los rincones anónimos del país”. Como se enteren los comisarios de la corrección política que dicho premio es una reminiscencia franquista, montan los escraches oportunos para eliminarlo y, a buen seguro, quemar en plaza pública a los premiados y sus obras. El premio literario es el más antiguo de los que se conceden en España.
Fue Joan Teixidor Comes, un poeta y crítico literario, huido en 1936 de la Catalunya de Companys y miembro impulsor de Destino, quien propuso bautizar el premio con el nombre “Nadal”, en homenaje al joven falangista Eugeni Nadal, que acababa de fallecer víctima de la leucemia a los 28 años y que dejó un enorme hueco en la redacción de la revista. Los hermanos Nadal: Santiago, el periodista; Carlos, el redactor de La Vanguardia; Joan Manel, el ingeniero y Eugeni, el literato, nacieron en Lérida en el seno de una familia conservadora y como decenas de miles de catalanes tuvieron que huir de las garras de la muerte que les acechaba a manos de los dirigentes de ERC durante la guerra civil. Todos ellos se encuadraron en unidades militares franquistas y, establecidos en la ciudad condal, tuvieron un importante protagonismo en la vida social catalana. Eugeni decidió sumar sus esfuerzos al proyecto editorial Destino y reanudar las actividades literarias. Periodista y filósofo, al final de la guerra ganó la plaza de catedrático de Literatura en Manresa, al tiempo que era redactor jefe de Destino.
Ignasi Agustí redactó las bases del premio y se decidió que el galardón se otorgase cada 6 de enero, festividad de Reyes, como antídoto “para liberarse de la sobredosis de fiestas navideñas”. El primer premio Nadal tuvo un inmenso impacto mediático y un original prólogo en su historia, pues fue en el último día de plazo de admisión cuando a Destino llegó un sobre de correo urgente con un manuscrito. Era una obra titulada Nada, con la firma de una desconocida Carmen Laforet. Después de un largo debate, con hasta cinco votaciones, el jurado decidió otorgar el primer premio a Laforet. Era el día de Reyes de 1944.
Los premiados que seguirían a Carmen Laforet fueron las mejores plumas de la literatura hispana como José María Gironella, Miguel Delibes, Luis Romero, Carmen Martín Gaite, Álvaro Cunqueiro, Rafael Sánchez Ferlosio o Ana María Matute. La novela española comenzó a recuperarse gracias al premio de Ediciones Destino. Recuperando la memoria histórica.

                                                     Josep Ramón Bosh Premio Nadal en La Razón  (9-XII-2018)


viernes, 11 de enero de 2019

RAFAEL ALBERTI. POEMAS


A galopar


Las tierras, las tierras, las tierras de España
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
­Galopa caballo cuatralbo,
jinete del pueblo
al sol y a la luna.

¡A galopar,
a galopar
hasta enterrarlos en el mar!.

A corazón suenan, resuenan, resuenan,
las tierras de España en las herraduras.
Galopa jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma
¡A galopar...!

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa caballo cuatralbo,
jinete del pueblo
que la tierra es tuya
¡A galopar...!

                          (Capital de la gloria)

 

Nocturno


Cuanto tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que transita solamente la rabia
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en las médulas arde continua la venganza.

Las palabras entonces no sirven: son palabras.

Manifiestos, escritos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas.
­Qué dolor de papeles que ha de barrer el viento!
­Qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!

Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible y calla.

Siento esta noche heridas de muerte las palabras.


                                               (De un momento a otro)

DÁMASO ALONSO. POEMAS


Insomnio


Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según
       las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este
     nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los  
     perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como
     un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre
     caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por  
     qué‚ se pudre lentamente mi alma,
por qué‚ se pudren más de un millón de cadáveres en esta  
     ciudad de Madrid,
por qué‚ mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el
     mundo.
Dime, ¿qué‚ huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?

                                                               (Hijos de la ira)

     De profundis


(...) Yo soy el orujo exprimido en el año de la mala cosecha,
yo soy el excremento del can sarnoso,
el zapato de suela en el carnero del camposanto,
yo soy el montoncito de estiércol a medio hacer, que nadie
      compra,
y donde casi ni escarban las gallinas.
Pero te amo,
pero te amo frenéticamente.
¡Déjame, déjame fermentar en tu amor,
deja que me pudra hasta la entraña,
que se me aniquilen hasta las últimas briznas de mi ser,
para que un día sea mantillo de tus huertos!

                                                                (Hijos de la ira)

La injusticia

LORCA. POEMAS


El lagarto está llorando


                                                A Mademoiselle Teresita Guillén
                                               tocando un piano de siete notas.

 El lagarto está llorando.                                  Un cielo grande y sin gente
La lagarta está llorando.                                   monta en su globo a los pájaros

  El lagarto y la lagarta                                     El sol, capitán redondo,
con delantaritos blancos.                                 lleva un chaleco de raso

  Han perdido sin querer                                   ¡Miradlos qué viejos son!
su anillo de desposados.                                 ¡Qué viejos son los lagartos!

  ¡Ay, su anillito de plomo,                               ¡Ay, cómo lloran y lloran,
 ay, su anillito plomado!                                  ¡ay! ¡ay! ¡cómo están llorando!
   
                                                                                           (Canciones)

Romance de la luna,luna


                                                A Conchita García Lorca

La luna vino a la fragua                                    El jinete se acercaba
con su polisón de nardos.                                tocando el tambor del llano.
El niño la mira mira                                          Dentro de la fragua el niño,
El niño la está mirando.                                    tiene los ojos cerrados.

En el aire conmovido                                       Por el olivar venían,
mueve la luna sus brazos                                 bronce y sueño, los gitanos.
y enseña, lúbrica y pura,                                  Las cabezas levantadas
sus senos de duro estaño.                               y los ojos entornados.                        

Huye luna, luna, luna.                                       ¡Cómo canta la zumaya,
Si vinieran los gitanos,                                     ay cómo canta en el árbol!
harían con tu corazón                                       Por el cielo va la luna
collares y anillos blancos.                                con un niño de la mano.

Niño, déjame que baile.                                    Dentro de la fragua lloran,
Cuando vengan los gitanos,                             dando gritos, los gitanos.
te encontrarán sobre el yunque                        El aire la vela, vela,
con los ojillos cerrados.                                     el aire la está velando.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.                                              (Romancero gitano)

Casida de las palomas oscuras


                                                           A Claudio Guillén

Por las ramas del laurel
van dos palomas oscuras.
La una era el sol
la otra la luna.
"Vecinitas", les dije,
"¿dónde está mi sepultura?"
"En mi cola", dijo el sol.
"En mi garganta", dijo la luna.
Y yo que estaba caminando
con la tierra por la cintura
vi dos águilas de nieve
y una muchacha desnuda.
La una era la otra
y la muchacha era ninguna.
"Aguilitas", les dije,
"¿dónde está mi sepultura?"
"En mi cola", dijo el sol.
"En mi garganta", dijo la luna.
Por las ramas del laurel
vi dos palomas desnudas.
La una era la otra
y las dos eran ninguna. 

                     (Diván del Tamarit)

Canción china en Europa


                                A mi ahijada Isabel Clara

La señorita                                                      Los grillos cantan
del abanico                                                     por el Oeste.
va por el puente                                              
del fresco río.                                                 

 Los caballeros                                                (La señorita,
con sus levitas,                                               va por lo verde.)
miran el puente
sin barandillas.

 La señorita                                                     Los grillos cantan
del abanico                                                     bajo las flores.
y los volantes
busca marido.

 Los caballeros                                                (Los caballeros
están casados                                                 van por el Norte.)
con altas rubias
de idioma blanco.                                                        (Canciones)

Mi niña se fue a la mar


 Mi niña se fue a la mar,                           ¿Quién mira dentro la torre
a contar olas y chinas,                              enjaezada de Sevilla?
pero se encontró, de pronto,                     Cinco voces contestaban
con el río de Sevilla.                                  redondas como sortijas.
                                                                                                             
Entre adelfas y campanas                         El cielo monta gallardo
cinco barcos se mecían,                            al río, de orilla a orilla.
con los remos en el agua                          En el aire sonrosado,                           
y las velas en la brisa.                               cinco anillos se mecían.
  
                                                                                      (Canciones)

Romance sonámbulo


Verde que te quiero verde.                              ¡dejadme subir!, dejadme
Verde viento. Verdes ramas.                           hasta las verdes barandas.
el barco sobre la mar                                      Barandales de la luna
y el caballo en la montaña.                             por donde retumba el agua
Con la sombra en la cintura                           
ella sueña en su baranda,                                           ****
verde carne, pelo verde,                                
con ojos de fría plata.                                    
Verde que te quiero verde                               Ya suben los dos compadres
Bajo la luna gitana,                                         hacia las altas barandas.
las cosas la están mirando                            Dejando un rastro de sangre.
y ella no puede mirarlas.                                Dejando un rastro de lágrimas.
                                                                          Temblaban en los tejados
            ****                                                         farolillos de hojalata
                                                                           Mil panderos de cristal,
Verde que te quiero verde.                              herían la madrugada
Grandes estrellas de escarcha,                                  
vienen con el pez de sombra                                      ****
que abre el camino del alba.                          
La higuera frota su viento                               Verde que te quiero verde,
con la lija de sus ramas,                                 verde viento, verdes ramas.
y el monte, gato garduño,                               Los dos compadres subieron.
eriza sus pitas agrias.                                     El largo viento, dejaba
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?         en la boca un raro gusto
Ella sigue en su baranda,                               de hiel, de menta y de albahaca.
verde carne, pelo verde,                                 ¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
soñando en la mar amarga.                            ¿Dónde está tu niña amarga?
Compadre, quiero cambiar                             ¿Cuántas veces te esperó!
mi caballo por su casa,                                  ¡Cuántas veces te esperara,
mi montura por su espejo                              cara fresca, negro pelo,
mi cuchillo por su manta.                               en esta verde baranda!
Compadre, vengo sangrando,                        
desde los puertos de Cabra.                                       ****
Si yo pudiera mocito,                                    
ese trato se cerraba.                                       Sobre el rostro del aljibe
Pero yo ya no soy yo,                                     se mecía la gitana.
ni mi casa es ya mi casa.                                Verde carne, pelo verde,
Compadre, quiero morir                                 con ojos de fría plata.
decentemente en mi cama.                             Un carámbano de luna
De acero si puede ser,                                    la sostiene sobre el agua.
con las sábanas de holanda.                          La noche se puso íntima
¿No ves la herida que tengo                           como una pequeña plaza.
desde el pecho a la garganta?                       Guardias civiles borrachos
Trescientas rosas morenas                             en la puerta golpeaban.
lleva tu pechera blanca.                                  Verde que te quiero verde.
Tu sangre rezuma y huele                              Verde viento. Verdes ramas.
alrededor de tu faja.                                        El barco sobre la mar.
Pero yo ya no soy yo,                                     Y el caballo en la montaña.
ni mi casa es ya mi casa.                               
Dejadme subir al menos                                               (Romancero gitano)
hasta las altas barandas,                               
               

ROMANCE DE LA PENA NEGRA*

Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.

 Soledad: ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte,
Dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
No me recuerdes el mar,
que la pena negra, brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas. 
¡Soledad, qué pena tienes¡
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
  
¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo,
de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache, carne y ropa.

 ¡Ay mis camisas de hilo!
¡Ay mis muslos de amapola!
 Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.

 Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
La nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
 Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y de madrugada remota!

                       (Romancero gitano)
    

Canción del jinete


   En la luna negra
de los bandoleros
cantan las espuelas

Caballito negro
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

   ... Las duras espuelas
del bandido inmóvil
que perdió las riendas

Caballito frío
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

   En la luna negra
sangraba el costado
de Sierra Morena.

Caballito negro,
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

   La noche espolea
sus negros ijares
clavándose estrellas.

Caballito frío,
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

   En la luna negra,
¡un grito! y el cuerno
largo de la hoguera.

Caballito negro,
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

                               (Canciones)

LA AURORA


La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

     La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

     La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

     Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

     La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.

                                                           (Poeta en Nueva York)