VIDA
Nació
en Monóvar (Alicante), en 1873. Estudió Derecho, pero se dedicaría toda su vida
al periodismo. Tras una juventud exaltada, su vida existencia transcurrió
apacible, sin incidentes destacables. Desde 1904 utilizó el seudónimo de Azorín
(apellido del protagonista de sus primeras novelas).
Ideológicamente, como sabemos,
evolucionó desde sus ideas revolucionarias
juveniles hacia posturas conservadoras
y una valoración de la España
tradicional. Paralelamente en lo religioso, pasó de su anticlericalismo inicial a un escepticismo
sereno, para terminar proclamando “un catolicismo
firme”.
Su
filosofía está centrada en una obsesión por el Tiempo, por la fugacidad
de la vida. Pero más que angustia, (por ejemplo la de Unamuno), hay en él una
tristeza íntima y el anhelo de apresar lo que permanece por debajo de lo que
huye. Es, cada vez más, un espíritu nostálgico que vive para evocar.
LOS TEMAS
2)
Evocaciones de
tierras y hombres de España. Son numerosas las páginas en que revive el
pasado, sus ciudades, sus figuras históricas y literarias o sus gentes
sencillas- lo veremos en la lectura-, con especial atención a los aspectos
cotidianos (la “intrahistoria”).
3)
Pinturas de
paisaje. Tras innumerables viajes, pintó todas las tierras de España, pero
–una vez más- son inolvidables sus visiones de Castilla: sus aspectos físicos y
su “alma”. Y así nos dejó a la vez también dibujada su alma. Esta sintonía entre paisaje
y alma es muestra del citado subjetivismo
noventayochista. Como nadie tal vez, Azorín proyectó sobre lo que veía su
sensibilidad nostálgica. De ahí, el fino lirismo de sus descripciones.
ESTILO
NOVELA Y TEATRO
Texto de Castilla
Calixto
está en el solejar[14],
sentado junto a uno de los balcones. Tiene el codo puesto en el brazo del
sillón y la mejilla reclinada en la mano. (…) No tiene Calixto nada que sentir
del pasado; pasado y presente están para él al mismo rasero de bienandanza.
Nada puede conturbarle ni entristecerle. Y sin embargo, Calixto, puesta la mano
en la mejilla, mira pasar a lo lejos sobre el cielo azul las nubes. Las nubes
nos dan una sensación de inestabilidad y de eternidad. Las nubes son –como el
mar- siempre varias y siempre las mismas. Sentimos mirándolas cómo nuestro ser
y todas las cosas corren hacia la nada, en tanto que ellas –tan fugitivas-
permanecen eternas. A estas nubes que ahora miramos las miraron hace
doscientos, quinientos, mil, tres mil años, otros hombres con las mismas pasiones
y las mismas ansias que nosotros. (...) Las nubes son la imagen del tiempo.
¿Habrá sensación más trágica que aquella de quien sienta el tiempo, la de quien
vea ya en el presente el pasado y en el pasado el porvenir? (…) En el jardín
todo es silencio y paz. En lo alto de la solana, recostado sobre la barandilla,
Calixto contempla extático[15] a su
hija. De pronto un halcón aparece revolando rápida y violentamente por entre
los árboles. Tras él, persiguiéndole todo agitado y descompuesto, surge un
mancebo. Al llegar frente a Alisa se detiene absorto, sonríe y comienza a
hablarle.
Calixto
le ve desde el carasol y adivina sus palabras. Unas nubes redondas, blancas,
pasan lentamente sobre el cielo azul en la lejanía.
[1] solariega: Antigua y noble.
[2] solana: Sitio o lugar
donde el sol da de lleno.
[3] zaguán: Vestíbulo.
[4] camarilla: Sala o pieza
pequeña de una casa.
[5] cuarterones: Cada una de
las cuartas partes en que se divide un todo.
[6] gualdas: Del color de la
flor gualda, amarilla.
[8] embutidos: Encajados.
[9] contador: Escritorio.
[10] estofada: Labrada.
[11] chambranas: Cada uno de
los listones que unen las patas de una mesa
[12] fiador: Pieza con que se
afirma algo para que no se mueva.
[13] alinde: Superficie
bruñida y brillante.
[14] solejar: Solana.
[15] extático: en éxtasis, en
estado de arrobamiento.
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