El lagarto está llorando
tocando un piano de siete notas.
El
lagarto está llorando. Un
cielo grande y sin gente
La lagarta está llorando. monta en su
globo a los pájaros
El lagarto y la lagarta El
sol, capitán redondo,
con delantaritos blancos. lleva un
chaleco de raso
Han perdido sin querer ¡Miradlos
qué viejos son!
su anillo de desposados. ¡Qué viejos son
los lagartos!
¡Ay, su anillito de plomo, ¡Ay,
cómo lloran y lloran,
ay, su anillito plomado! ¡ay! ¡ay!
¡cómo están llorando!
(Canciones)
Romance de la
luna,luna
La luna vino a la fragua El
jinete se acercaba
con su polisón de nardos. tocando el
tambor del llano.
El niño la mira mira Dentro
de la fragua el niño,
El niño la está mirando. tiene los
ojos cerrados.
En el aire conmovido Por el
olivar venían,
mueve la luna sus brazos bronce y sueño,
los gitanos.
y enseña, lúbrica y pura, Las cabezas
levantadas
sus senos de duro estaño. y los ojos
entornados.
Huye luna, luna, luna. ¡Cómo
canta la zumaya,
Si vinieran los gitanos, ay cómo
canta en el árbol!
harían con tu corazón Por el
cielo va la luna
collares y anillos blancos. con un niño de
la mano.
Niño, déjame que baile. Dentro de la
fragua lloran,
Cuando vengan los gitanos, dando gritos, los
gitanos.
te encontrarán sobre el yunque El aire la vela, vela,
con los ojillos cerrados. el
aire la está velando.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado. (Romancero gitano)
Casida de las
palomas oscuras
A Claudio Guillén
van dos
palomas oscuras.
La una era
el sol
la otra la
luna.
"Vecinitas",
les dije,
"¿dónde
está mi sepultura?"
"En mi
cola", dijo el sol.
"En mi
garganta", dijo la luna.
Y yo que
estaba caminando
con la
tierra por la cintura
vi dos
águilas de nieve
y una
muchacha desnuda.
La una era
la otra
y la
muchacha era ninguna.
"Aguilitas",
les dije,
"¿dónde
está mi sepultura?"
"En mi
cola", dijo el sol.
"En mi
garganta", dijo la luna.
Por las
ramas del laurel
vi dos
palomas desnudas.
La una era
la otra
y las dos
eran ninguna.
(Diván del Tamarit)
Canción
china en Europa
La señorita Los grillos
cantan
del abanico por el Oeste.
va por el puente
del fresco río.
Los caballeros (La
señorita,
con sus levitas, va por lo verde.)
miran el puente
sin barandillas.
La
señorita Los
grillos cantan
del abanico bajo las flores.
y los volantes
busca marido.
Los caballeros (Los
caballeros
están casados van por el Norte.)
con altas rubias
de idioma blanco. (Canciones)
Mi niña se
fue a la mar
a contar olas y chinas, enjaezada
de Sevilla?
pero se encontró, de pronto, Cinco
voces contestaban
con el río de Sevilla. redondas
como sortijas.
Entre adelfas y campanas El
cielo monta gallardo
cinco barcos se mecían, al
río, de orilla a orilla.
con los remos en el agua En
el aire sonrosado,
y las velas en la brisa. cinco
anillos se mecían.
(Canciones)
Romance
sonámbulo
Verde que te
quiero verde. ¡dejadme
subir!, dejadme
Verde viento.
Verdes ramas. hasta
las verdes barandas.
el barco sobre
la mar Barandales
de la luna
y el caballo
en la montaña. por
donde retumba el agua
Con la sombra
en la cintura
ella sueña en
su baranda, ****
verde carne,
pelo verde,
con ojos de
fría plata.
Verde que te
quiero verde Ya
suben los dos compadres
Bajo la luna
gitana, hacia
las altas barandas.
las cosas la
están mirando Dejando
un rastro de sangre.
y ella no
puede mirarlas. Dejando
un rastro de lágrimas.
Temblaban
en los tejados
**** farolillos
de hojalata
Mil
panderos de cristal,
Verde que te
quiero verde. herían
la madrugada
Grandes
estrellas de escarcha,
vienen con el
pez de sombra ****
que abre el
camino del alba.
La higuera
frota su viento Verde
que te quiero verde,
con la lija de
sus ramas, verde
viento, verdes ramas.
y el monte,
gato garduño, Los
dos compadres subieron.
eriza sus
pitas agrias. El
largo viento, dejaba
¿Pero quién
vendrá? ¿Y por dónde...? en la
boca un raro gusto
Ella sigue en
su baranda, de
hiel, de menta y de albahaca.
verde carne,
pelo verde, ¡Compadre!
¿Dónde está, dime?
soñando en la
mar amarga. ¿Dónde
está tu niña amarga?
Compadre,
quiero cambiar ¿Cuántas
veces te esperó!
mi caballo por
su casa, ¡Cuántas
veces te esperara,
mi montura por
su espejo cara
fresca, negro pelo,
mi cuchillo
por su manta. en
esta verde baranda!
Compadre,
vengo sangrando,
desde los
puertos de Cabra. ****
Si yo pudiera
mocito,
ese trato se cerraba. Sobre el
rostro del aljibe
Pero yo ya no
soy yo, se
mecía la gitana.
ni mi casa es
ya mi casa. Verde
carne, pelo verde,
Compadre,
quiero morir con
ojos de fría plata.
decentemente
en mi cama. Un
carámbano de luna
De acero si
puede ser, la
sostiene sobre el agua.
con las
sábanas de holanda. La
noche se puso íntima
¿No ves la
herida que tengo como
una pequeña plaza.
desde el pecho
a la garganta? Guardias civiles
borrachos
Trescientas
rosas morenas en
la puerta golpeaban.
lleva tu
pechera blanca. Verde
que te quiero verde.
Tu sangre
rezuma y huele Verde
viento. Verdes ramas.
alrededor de
tu faja. El
barco sobre la mar.
Pero yo ya no
soy yo, Y
el caballo en la montaña.
ni mi casa es
ya mi casa.
Dejadme subir
al menos (Romancero gitano)
hasta las
altas barandas,
ROMANCE DE LA PENA NEGRA*
Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
Soledad: ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte,
Dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo
que busco,
mi alegría y mi
persona.
Soledad de mis
pesares,
caballo que se
desboca,
al fin encuentra la
mar
y se lo tragan las
olas.
No me recuerdes el
mar,
que la pena negra, brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
¡Soledad, qué pena tienes¡
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo,
de la cocina a la
alcoba.
¡Qué pena! Me estoy
poniendo
de azabache, carne y
ropa.
¡Ay mis camisas de hilo!
¡Ay mis muslos de amapola!
Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las
alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.
Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
La nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y de madrugada remota!
(Romancero gitano)
Canción del jinete
En la luna negra
de los
bandoleros
cantan las
espuelas
Caballito
negro
¿Dónde
llevas tu jinete muerto?
... Las duras espuelas
del
bandido inmóvil
que perdió
las riendas
Caballito
frío
¡Qué
perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra
sangraba
el costado
de Sierra
Morena.
Caballito
negro,
¿Dónde
llevas tu jinete muerto?
La noche espolea
sus negros
ijares
clavándose
estrellas.
Caballito
frío,
¡Qué
perfume de flor de cuchillo!
En la
luna negra,
¡un grito!
y el cuerno
largo de
la hoguera.
Caballito
negro,
¿Dónde
llevas tu jinete muerto?
LA AURORA
La aurora de Nueva York
tiene
cuatro columnas de
cieno
y un huracán de negras
palomas
que chapotean las aguas
podridas.
La
aurora de Nueva York gime
por las inmensas
escaleras
buscando entre las
aristas
nardos de angustia
dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su
boca
porque allí no hay
mañana ni esperanza posible.
a veces las monedas en
enjambres furiosos
taladran y devoran
abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus
huesos
que no habrá paraíso ni
amores deshojados;
saben que van al cieno
de números y leyes,
a los juegos sin arte,
a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de
ciencia sin raíces.
Por los barrios hay
gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de
un naufragio de sangre.
(Poeta
en Nueva York)
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