viernes, 11 de enero de 2019

DÁMASO ALONSO. POEMAS


Insomnio


Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según
       las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este
     nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los  
     perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como
     un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre
     caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por  
     qué‚ se pudre lentamente mi alma,
por qué‚ se pudren más de un millón de cadáveres en esta  
     ciudad de Madrid,
por qué‚ mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el
     mundo.
Dime, ¿qué‚ huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?

                                                               (Hijos de la ira)

     De profundis


(...) Yo soy el orujo exprimido en el año de la mala cosecha,
yo soy el excremento del can sarnoso,
el zapato de suela en el carnero del camposanto,
yo soy el montoncito de estiércol a medio hacer, que nadie
      compra,
y donde casi ni escarban las gallinas.
Pero te amo,
pero te amo frenéticamente.
¡Déjame, déjame fermentar en tu amor,
deja que me pudra hasta la entraña,
que se me aniquilen hasta las últimas briznas de mi ser,
para que un día sea mantillo de tus huertos!

                                                                (Hijos de la ira)

La injusticia

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